Las llamadas “cosquillas” se producen cuando rozamos o hacemos contacto con un tejido agradable a nuestro tacto (se produce una reacción nerviosa). Produce risa y es placentera, aunque puede llegar a ser molesta. Las zonas más sensibles de nuestro cuerpo y, por lo tanto, las más propensas a las cosquillas, son las axilas, la cintura, las costillas, los pies, las rodillas…
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